viernes, 8 de enero de 2010

El cielo (parte 2)

De manera conveniente a solo unos metros de distancia se encontraba una gasolinera con un restaurante, muy parecido a los que el joven veía en las películas estadounidenses en las que los conductores de tráiler acostumbraban desayunar. El nombre del lugar era "El Cielo" probablemente debido a la cercanía con la población del mismo nombre, los pasajeros entraron al restaurante y el joven se limitó a entrar al baño a lavar su cara, notó un agradable aroma a zarzamoras mientras usaba el lavamanos, al salir del baño se dirigió hacia una mesa, en seguida se le acercó una mesera que le recibió con un "Buenos días, mi nombre es Martha" el joven no necesitó ver la carta ya que al entrar vio un pizarrón con el menú y los precios, le dijo "Buenos días Martha, ¿podrías traerme el desayuno?", la mesera le dijo "Te traeré lo mas rico del menú" y mientras sonreía caminó hacia la cocina tan rápido como el paso lento la pudo llevar.

El joven miró alrededor, sintió una tranquilidad enorme, solo al estar ahí notó que los colores del lugar combinaban con el camino de piedras de la entrada, que todos los empleados del restaurante bromeaban entre ellos mientras trabajaban, los asientos eran los mas cómodos que había conocido en su vida, la luz matinal se asomaba entre dos colinas que se encontraban en lo mas cercano al horizonte desde ese punto, los arreglos de cristal en las ventanas causaban un efecto de kaleidoscopio sobre la sala y al llegar al espejo de detrás de la barra inundaba la otra mitad de la sala con una cascada de colores que cambiaban al ritmo que el viento bailaba con los arreglos de cristal. El joven quería empezar a escribir un diario al bajar del camión pero la belleza del lugar le impidió recordar lo miserable que se había sentido horas antes cuando abordó el autobús sin dirección y sin compañía.

El joven deseó con todo su corazón quedarse ahí para siempre, que la lógica abandonara toda razón y que le permitiera permanecer en ese asiento por el resto de sus días, saboreando esa extraña felicidad que jamás había experimentado antes. Después de poco tiempo el conductor del autobús regresó, avisó a los pasajeros que ya podían retirarse, todos los pasajeros apresuraron el paso excepto por el joven, cuando se encontraba de nuevo en su asiento de autobús vio por la ventana como se alejaban de "El Cielo", alcanzó a notar los juegos de luz producidos por el efecto de los arreglos de cristal, miró a su alrededor y notó que en el autobús nada había cambiado, los demás pasajeros no notaron la belleza del lugar.



No percibieron la magia.



"gEEEERa"
Guadalajara, Jalisco, México.

4 comentarios:

  1. olvidé mencionar: inspirado en el "nirvana" de Charles Bukowski :D

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  2. ohhhhh, nunca he leído nada de Bukowski. Siempre he querido pero no se ha dado la ocasión.

    Sólo tengo mi Bukowski para principiantes.

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  3. "La senda del perdedor" es muy muy muuuuuuuuuuuuuuuy bueno ;D recomendable 817591283759%

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  4. ¡Miren!
    Cada vez más libros en mi lista por leer...
    no acabaré jamas!!!

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