lunes, 14 de diciembre de 2009

EUTANASIA

Hace tiempo un diccionario le enseñó como caminaba con la muerte a cuestas, por lo que la idea de acabar con el calvario que marcaba su existencia le sentaba bien. Ni la misma desaparición del responsable de su desgracia podría borrar los años de burlas y agravios recibidos. Aún en su memoria estaban intactas las innumerables veces que el hecho de pronunciar su nombre dibujaba una molesta sonrisa en la cara de cualquier desconocido.

Hasta que un día, su abogado le notificó el desenlace del proceso burocrático. Al fin la oficina civil autorizaba completamente su antigua petición para cambiar el nombre que aparecía en todos sus documentos legales.


Quería gritarle al mundo que ahora se llamaba Elena.


Alejandro Capellán
República Dominicana.
escrito en el (2004)

1 comentario:

  1. muy bien aleandrooo!!! sigue sigue...que leere todos tus escritoss

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