lunes, 21 de diciembre de 2009

Sin nombre.

La desesperación invade mis sentidos
no puedo estar tranquilo
una horrible ansiedad me carcome por dentro
mil demonios hacen revuelta en mi interior.

Un fracaso, algo mediocre
una sensación de estar viajando sobre nubes
en un lugar donde nada es seguro
un vacío, agonía

Solo pienso en mi siguiente movimiento
lo analizo, lo contemplo
quiero decir, quiero sentir aquella liberación
y dejar atrás esta maldita obsesión
tengo a tu ser gritando dentro de mí
quiere salir quiere entregarte todo,
pero sabes que está limitado.

Te busco sin descanso
lo único que encuentro
es el negro agujero de donde
empezó esta maldita obsesión.

Tal vez un error entregarte toda mi razón
tal vez fue estúpido creer en el sentimiento sobre la razón
pero eso mismo te has llevado.

Colmillo penetrante me atraviesa
inserta litros de demencia
quisiera odiarte tan solo un segundo,
que no me importaras,
y así sabría lo que es la vida
lo que es esa realidad
de la que tanto habla la gente

Pero aún así sigo peleando
a cansancio en mi contra
uso como incentivo
aquella luz que me ilumina
de tu lado y me da esa banal ilusión
de algún día retomar el camino
del éxtasis, el sentimiento mas profundo
para volver reposar mi violenta mente
junto a la que es dueña de mi perdición
y cual hambrienta bestia saciada
relajar mi pensamiento
flotar en mi propia levedad

Siento el pasto áspero e irritante
sobre mis ojos desnudos
los que alguna vez vieron
a monjas desnudas siendo
penetradas por la luz
del entendimiento.

Mi mente recorre los cerros de una niñez
corta y adultez prematura
se adentra en el seno de aquel vacío
en el que se escuchan voces galopantes, perforantes
que provienen de una agonía socialmente
definida, socialmente pervertida.

Estúpido querer apresurar las cosas
idiota querer estancarse en la mediocridad
cobarde no luchar por lo que deseas
perverso querer deleitarme con los frutos
del vigoroso desarrollo ideológico de pertenecerme
y egoísta querer robar tu energía en un orgasmo
fugaz en el cual fluidos vitales
dadores de vida recorrerán tus rincones
haciéndonos uno en la inmensidad
dos en un plano terrenal

¡Uno en una dimensión que sólo será nuestra!
uno en el maldito círculo de liquido
filosófico donde tus pechos serán la entrada
a un mundo en el que el único límite
será nuestra imaginación, nuestra misma
entrega nuestro infinito querer.

En el que susurrare en tu odio
en cada respirar que solamente
existe nuestra energía y mi ser
se fundé y se une permanentemente
con el tuyo que lo absorbe hasta
no dejar espacio a la desconfianza.

Horas podrían pasar
las cuales permanecería solo
ahí dentro explorando cada
célula de tu manía perversa
sin dudar lo haría
con confianza entraría

Al final en un breve instante fugaz
sólo escuchar un intenso aullido
ahogado sólo por el mismo que produzco
destrozar ese recipiente físico tan preciado
tan respetado, tan deseado
tomarlo abrirlo por mitades
colocarme completamente dentro
cerrarlo, explotar en una ola
una ola repleta de tranquilidad y morir
en tu gloria, en tu paz, en tu infinita
sed de vitalidad saciada por la mía
de sentimiento efímero y
¡pensamiento perteneciente eterno!

Manuel
Querétaro, México

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